Estudia en pág. 352 la prosa del XVIII, sobre todo la figura de Cadalso.
Estudia en pág. 351, La Ilustración.
Este texto de Cadalso explica algunos aspectos básicos del pensamiento de la Ilustración, por ejemplo la importancia que la educación tiene para los ilustrados como elemento de transformación social, la fe en el progreso, la confianza en la razón, el ansia de saber, el sentido utilitario del conocimiento ("procre dar obras al público sobre materias útiles"), el deseo de estar a la altura de los países más avanzados.
Cadalso, y otros ilustrados como Jovellanos, se debate entre su amor a un país, que sigue unas tradiciones con las que no está de acuerdo, y su deseo de que el país se modernice y abrace las nuevas ideas de desarrollo que vienen de Europa.
Se abre en este siglo XVIII el pensamiento de que España es un país en decadencia que necesita cambios ideológicos y sociales. En Cartas Marruecas, colección de cartas que se cruzan entre sí dos marroquíes y un español, imitación de Cartas Persas de Montesquieu, Cadalso utiliza la visión de un personaje extranjero porque así puede ver las costumbres de España de forma desapasionada, sin embargo emplea también un personaje español, sensato y razonable, que matiza y corrige las opiniones de los marroquíes.
Nuño comenta la figura del profesor universitario que sigue las teorías escolásticas, como un seguidor de cuanto le enseñaron, convencido de que las ideas nuevas (ciencias experimentales, Newton) son ateísmo y desatino. Lo describe de forma peyorativa "un hombre muy seco, muy alto..." Para el profesor escolástico la física moderna es un "juego de títeres", un "juguete de niños"; sus seguidores "unos herejes"; pero pone ejemplos, los diques construidos por herramientas mecánicas, que impiden que naciones como los Países Bajos queden bajo el agua.
La religión practicada en España parece oponerse a la nueva ciencia. Se abre un debate entre religión y ciencia que tanto se ha traído en el pensamiento español.