"Ovidio distingue cuatro en el texto cuatro edades:
La Edad de oro se caracterizaría por la ausencia de leyes y castigos. No habría ejércitos ni propiedad privada. Las personas se guiarían por la rectitud y la lealtad hacia sus semejantes. La tierra sin necesidad de cultivarse, ofrecería alimentos suficientes para todos, el clima sería benigno (una primavera eterna) y las gentes vivirían apaciblemente en sus lugares de origen sin conocer aún barcos u otros medios de transporte que pudieran llevarlas al extranjero.
Las cuatro estaciones se conocerían en la Edad de plata. El cambio de clima habría obligado a los hombres a refugiarse en casas. Apareció la agricultura y la ganadería para alimentarse.
Apenas se ofrecen rasgos de la Edad de bronce, salvo el empeoramiento que supone respecto a la anterior y la aparición de las armas, aunque todavía sin crímenes.
La Edad de hierro da cabida a todos los males: mentiras, violencia, "criminal deseo de poseer"... Hace su aparición la propiedad privada de la tierra "antes común como la luz del sol y las brisas". Comienzan la navegación y la minería. Surge la guerra y todos son enemigos de todos: huéspedes, suegro y yerno, hermanos, marido y mujer..." (Texto extraído de Libro-Guía del Profesorado de editorial Akal)
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